los hombres no respiran, decían.
guarda el aire entre tus puños
y lánzalo hacia afuera
de haber sabido que llorar
es babear con los ojos
recién nacidos
frágiles esperamos descansar
en los hombros de cualquiera
Cuando lloro siempre pido perdón
por manchar a otros
con mis ojos adultos.
© Héctor Lira